Uno escucha a Bessie Smith y es como sentirse transportado a los comienzos del siglo XX cuando comenzaron a confluir el blues y el jazz. En el año 1923, Bessie firma un contrato con Columbia Records y es ahí donde comienza a construir el camino a su fama eterna, y a ser considerada una de las más grandes cantantes de blues de la historia.
Tan grande que su música, años más tarde, iba a cautivar a grandes cantantes de la historia del rock. Una de ellas fue la genial Janis Joplin.
La vida de Bessie acabaría trágicamente el 26 de setiembre de 1937. Ocurrió un fatal accidente en una carretera del estado de Mississippi, fue llevada de urgencia al hospital más cercano en donde le fue negada toda asistencia por ser negra, y finalmente muere desangrada en un hospital de Clarksdale.
Su tumba no tuvo lápida hasta el año 1970 en que Janis Joplin la costeó parcialmente.
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